Aroma de café para el alma de una mujer...

No te desanimes

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Naamán era un hombre muy apreciado y popular. Pero padecía de Lepra, una enfermedad que no tenia cura, una enfermedad que no daba esperanza para ese tiempo.Pero Dios decide curar primero su interior y luego su exterior. Muchas veces Dios tiene que sanarnos de adentro hacia afuera. Sanar esas emociones dañinas que han sido guardadas y que producen enfermedades.

Naamán  fue curado de una manera que  él no esperaba. Naamán fue donde el Profeta Eliseo, ya que él sabia que a través del Profeta podía ser sanado. Pero al tocar la puerta, el criado lo sorprende diciéndole  »El Profeta Eliseo me  mandó a decir que se sumerja  7 veces en el Río Jordán.

Cuando Naamán escucha esas palabras dice las escrituras  que él se enojó mucho, cogió sus cosas y se fue. El río Jordán es un río de aguas sucias. Su lógica le dice que no es el lugar más apropiado para ir. Además el sabía que Dios tenía el poder de sanarlo con tan solo una oración.

Sin embargo Dios usa los métodos que muchas veces no comprendemos. ¿Le ha pasado a usted? Pero es ahí donde ponemos en práctica la obediencia . Dios tiene que quebrantarnos, tiene que doblegar nuestro orgullo para entonces el poder trabajar en nuestras necesidades. Luego de reflexionar Naamán decide sumergirse. Ahora pero, ¿por que Dios no lo manda a sumergir una sola vez? Porqué Dios tenía que trabajar también su fe. De ser una vez, sí seguiría siendo un milagro, pero Dios quería pulir su fe.

Yo me imagino que ya en la tercera o cuarta vez que sumergió debió desanimarse, debió decir es una locura, esto no funciona. Dios no me va a sanar. Cuántas veces hemos intentado algo que sabemos que viene de Dios pero nada resulta, cuántas veces hemos tratado de levantarnos luchar hasta lo imposible y no pasa nada. Es muy difícil en especial cuando somos mujeres luchando por nuestras familias, nuestras metas y sueños. Ya en la  séptima sumersión  cuando quizás cogió su último suspiro sale completamente sano.Ya  que esta leyendo esto, que tal si lo intentas otra vez, que tal si para tu vida es la sumersión número 7. No te desanimes. Recuerda que la obediencia trae bendición y Dios quiere transformar tu vida en bendición.

Ánimo, Inténtalo una vez más.

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